A continuación, El mejor Tratamiento Exfoliante para Regalarte esta Navidad:
Exfoliación mecánica: se consigue a través de la fricción, ya sea con cepillos, esponjas o geles y productos granulados que se aplican con masajes suaves en rostro y cuerpo.
Exfoliación química: se hace con mascarillas que llevan ácidos pero no granulos. Contienen principios activos que ayudan a los queratinocitos a disolverse.
A diferencia de los sistemas mecánicos, los peelings químicos actúan deshaciendo los nexos de unión entre las células, lo que hace que se desprendan.
Se utilizan sustancias como el retinol, los alfahidroxiácidos o los betahidroxiácidos, vitamina A o las enzimas o ácidos frutales.
El proceso de la renovación celular:
En la capa más profunda de la epidermis se crean las células cutáneas que, mientras crecen y ascienden hasta la superficie, se desgastan y se saturan de la queratina que van acumulando durante el trayecto. Reciben el nombre de queratinocitos.
Estas células son empujadas por las que vienen detrás, más jóvenes y nuevas. De forma imperceptible para el ojo humano, las células muertas se van desprendiendo de la superficie de forma natural.
La piel se regenera cada 28 o 30 días. A partir de los 30 años y, de manera más acusada a partir de los 50, la renovación celular se va ralentizando y la piel se vuelve opaca, átona.
Con la exfoliación, logramos unos grados de luminosidad muy notorios.
Cuando aplicamos un producto exfoliante activamos la circulación sanguínea, se estimula el drenaje linfático, suavizamos la piel y ayudamos a la regeneración de células nuevas.
Así hacemos que nuestra piel se fortalezca y le damos una mayor elasticidad.
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