Las cremas diarias deben contener activos muy hidratantes y emolientes, como los aceites de jojoba o aguacate (PALTA) y la manteca de cacao, sin que dejen una sensación grasa ni obstruyan los poros del cutis.
A continuación, Cuidados específicos para la piel seca:
Hay que proporcionar a la piel vitaminas y nutrientes que refuercen su barrera y estimulen la renovación celular.
Tan importantes como las cremas de día son las nutritivas de noche, que favorecen la reparación durante el sueño.
De vez en cuando se aconseja exfoliar el cutis (para evitar la descamación incontrolada) con peelings suaves que contengan sustancias hidratantes, pero evitando los exfoliantes granulados que pueden lesionar esta piel tan delicada.
También en invierno son imprescindibles los filtros solares de factor 15 como mínimo, para impedir que el sol reseque aún más el cutis y provoque arrugas.
En esta época son especialmente agresivos el frío y la calefacción, por lo que es recomendable utilizar una mascarilla nutritiva dos veces a la semana.
Sin embargo, ningún cuidado funcionará si no se tienen claros los tres pilares sobre los que descansa una piel sana:
La hidratación interna, es decir, beber dos litros de agua al día, porque la piel es el primer órgano que se deshidrata al ser el último al que le llega el agua.
La alimentación, que debe ser variada y rica en ácidos grasos omega 3 y omega 6, pues se ha comprobado que las pieles secas y atópicas presentan un desequilibrio de ácidos grasos esenciales que provoca la pérdida transepidérmica de hidratación.
Y por último un sueño reparador, ya que la piel se repone durante la noche.
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